Pues bien, durante 3 semanas trabajamos en dos equipos de forma paralela: uno formado por los 3 biólogos alemanes y yo, y otro formado por el resto de mis compañeros de empresa. Sin entrar a explicar con detalle la labor que realizábamos cada día, sólo os diré que se trataba de dividir la finca en 2 y probar en una parte los “bichitos” de Bayer, y en la otra parte seguir usando los insecticidas habituales.
Lo curioso empezó ya el primer día, cuando el equipo alemán no salió al campo sino que estuvo, y yo con ellos, todo ese día en las oficinas “planificando” el trabajo a realizar en los días sucesivos. El equipo murciano estuvo 1 hora escasa planificando lo que iba a hacer allí sobre el terreno, con papeles que se volaban por el viento y distracciones varias, y rápidamente se puso manos a la obra. No había tiempo que perder.
Al día siguiente, el segundo día, el equipo alemán tampoco salió al campo, seguíamos planificando en las oficinas el trabajo a realizar, lo que empezó a provocar las primeras burlas de mis compañeros de empresa que formaban el equipo murciano.
A partir del tercer día, y así durante las 3 semanas siguientes, el equipo alemán se reunía durante 1 hora sobre el terreno planificando el trabajo de ese día. Como vemos, ellos constantemente planificaban sobre lo planificado. De tal forma, que cuando los alemanes empezaron a realizar las labores directas sobre el campo, los murcianos ya les aventajaban en varias “tahúllas”, lo que reafirmaba ideas del estilo de que los alemanes habían venido a España a pasearse, de que no eran tan trabajadores como parecían y bla bla bla.
Pronto, el equipo murciano empezó a sufrir contratiempos e imprevistos (ausencia de material para trabajar en barro cuando llovió, falta de stock, errores de cálculo, discusiones en medio del trabajo donde uno trataba de convencer al resto de cómo tenían que continuar, etc.) que provocaron que los trabajos se alargaran 1 semana más de lo previsto, hasta las 4 semanas. Los alemanes finalizaron su trabajo en las 3 semanas previstas.
Aquello me enseñó que en cualquier trabajo que emprendamos, y mucho más si es un trabajo de investigación, la etapa de planificación no debe limitarse a una etapa concreta acotada en el tiempo y previa a la siguiente etapa de desarrollo de la investigación, sino que debemos planificar constantemente sobre lo ya planificado para ir teniendo en cuenta todas las novedades que van surgiendo cada día. Lo podemos llamar: planificar sobre lo planificado, o revisar lo que está planificado por si hay que modificar algo antes de emprender el desarrollo del trabajo. Lógicamente, conforme avanza la investigación, el tiempo proporcional empleado en esa planificación irá disminuyendo.
Pongo este ejemplo de alemanes vs murcianos (españoles), para recalcar que la forma de trabajar-investigar está estrechamente relacionada con la cultura del país que desarrolle la investigación. De ahí que existan países más avanzados en lo que I+D se refiere que otros, aunque también influye el presupuesto destinado a investigación, lógicamente y muchos otros factores.
Salu2,